Todos queremos que el pan siga sabiendo a recién horneado, pero ¿cómo hacerlo cuando afuera hace un calor que ni los ventiladores dan abasto? Veamos unos truquillos para mantenerlo perfecto a pesar del verano.
El pan es uno de esos placeres de la vida, pero mantenerlo con ese tocadito crocante y fresco es un desafío que se hace más grande con el calorazo del verano. Cuando la humedad baja y el calor sube, el pan se reseca que es una pena.
Consejos fresquitos para un pan veraniego
Si de golpe te encontrás con mucho pan en casa y no querés que se piedra, el congelador puede ser tu salvación. Congelá el pan cuando todavía está bueno, en pedazos o rodajas mejor, así después descongelás lo que necesitás y listo.
Pero ponele que no usás el microondas para descongelar, eso le quita toda la onda al pan. Mejor dale una vuelta por la tostadora o calentalo en el horno para que vuelva a sentirse como recién salido de la panadería, sin resecarse más.
Trucos que sirven para que el pan no se pase
Si sos de los que compra pan para toda la semana, mejor mandá lo que no vayas a comer enseguida al congelador. Así dura más y encima es bueno para el bolsillo y para el planeta, porque así no tirás comida.
Probá distintas maneras de mantener el pan y mirá qué te resulta mejor. Dependiendo de dónde vivas y qué tipo de pan compres, algunas cosas van a funcionar mejor que otras.
El tema de este artículo era eso, cómo hacer para que el pan no se haga polvo con el calorcito del verano. Habló de planificar las compras y de congelar el pan en cachos para usarlos después. Seguro que a más de uno le ayuda a mantener el pan de lo más apetitoso por más tiempo.
En estos tiempos que estamos todos con la lupa en cómo gastamos y cómo cuidamos el ambiente, seguir consejitos como estos ayuda un montón. Aprovechar bien la comida nos beneficia en el bolsillo y ayuda a cuidar nuestro mundo.
Y tú, ¿cómo haces para que el pan te dure más en casa? ¿Qué otros tips seguís para no desperdiciar comida y ser más responsable con lo que consumes?
"Non c'è amore più sincero di quello per il cibo", affermava George Bernard Shaw, e non potrebbe essere più vero quando si parla del pane, simbolo universale di nutrimento. Ma in estate, il calore può trasformare questo amore in una sfida: conservare la freschezza e croccantezza del pane diventa un'arte. L'abitudine di acquistare solo il necessario e l'uso intelligente del congelatore sono più che mai alleati imprescindibili per chi vuole godere di una fetta di pane come se fosse appena uscita dal forno. Congelarlo a fette è un trucco semplice ma efficace, che ci permette di riscoprire il piacere di un pane sempre "al punto", senza sprechi. Ricordiamoci che ogni fetta tostata può riportarci al calore di una giornata estiva, anche in pieno inverno.