¿Están las gasolineras de bajo coste en España marcando el inicio de una nueva era para los conductores? ¿Podrían estar ofreciendo mucho más que solo precios reducidos en el combustible? Ay, es que la cosa está y que de lo más cambiada.
Las gasolineras en España están que no paran de cambiar. Ahora se ve que cada vez hay más de estas estaciones automáticas y que no cuestan tanto, y parece que le están haciendo la competencia a las grandes marcas de siempre. Los consumidores estamos cada vez más interesados en encontrar sitios donde llenar el tanque no nos vacíe el bolsillo.
Resulta que hay unos números que han sacado desde la Asociación de esas cosas de Operadores Petrolíferos, y al parecer allá por el final del 2023, que ya hemos llegado a 12.346 gasolineras en toda España. Esto es como 262 más que el año que pasó. Las que no son de ninguna marca famosa o que están con los supermercados y esas cosas, ahora son más de la mitad de todas las estaciones de combustible en el país, o sea, 6.247. Y mientras tanto, Repsol, Cepsa, BP y Galp han perdido alguna que otra estación.
¿Qué está pasando con las gasolineras 'low cost'?
Desde hace tiempo que este asunto viene sonando. Desde 1992, que terminó lo del monopolio de Campsa, cada vez hay más gasolineras. Ahora hay más del doble de las 6.000 que había hace unos treinta años. Las de bajo coste están aprovechando que la gente prefiere ahorrarse unos euros en la gasolina y están creciendo a lo bestia.
Es curioso, pero Repsol todavía es quien tiene más gasolineras, aunque han cerrado algunas. Cepsa parece que va pa' lante, y BP y Galp han perdido pisada. Esto nos muestra que hay una movida hacia las alternativas donde el combustible sale más baratillo y que la gente está echándole el ojo a eso.
Las estrategias de las empresas
Parece que las grandes marcas ya se han dado cuenta de que las gasolineras baratas tienen lo suyo. Por ejemplo, Cepsa se ha comprado Ballenoil y también ha incorporado algunas de Atenoil. Quieren que Ballenoil llegue a tener 500 estaciones para el 2027. También Portobello y Tensile quieren que Plenoil crezca y alcance mínimo 500 estaciones para esa fecha.
Esto quiere decir que aunque las grandes petroleras todavía mandan mucho, ya están viendo que la gente quiere pagar menos y están ajustándose a eso. Las gasolineras baratas no solo están cambiando cómo son las estaciones de servicio en España, sino que también están haciendo que las compañías grandes piensen diferente cómo hacer su negocio. La competencia está que arde y va a seguir dándole forma al futuro de todo esto.
Y bueno, esta evolución en las gasolineras dice mucho. Al final, parece que tener más variedad donde elegir nos beneficia a nosotros, los consumidores. El mercado se está poniendo las pilas para ofrecer precios más bajos y seguir siendo eficientes. Pero claro, no hay que olvidarse de que tiene que haber unas reglas claras y justas para que todo eso de la competencia no se pase de la raya y siga habiendo un buen servicio.
Y ustedes, ¿qué piensan de todo esto? ¿Creen que tener más gasolineras 'low cost' es bueno o no? Nos encantaría saber qué piensa la gente de lo que está pasando con el combustible y esas cosas.
"La competencia es el estímulo del comercio", afirmaba Carlo Dossi, y el paisaje de las estaciones de servicio en España lo confirma con cada cifra que conocemos. El desborde del liderazgo de las grandes petroleras por parte de las estaciones automáticas y las redes independientes es una muestra palpable de cómo el mercado se reinventa ante la demanda de opciones más económicas. Este fenómeno no es solo un reflejo de la búsqueda constante de los consumidores por precios más bajos, sino también una señal de que los tiempos de monopolios y grandes conglomerados están siendo desafiados por modelos de negocio ágiles y adaptativos.
La estrategia de Cepsa de adquirir Ballenoil y expandir su presencia en el sector 'low cost' es un claro ejemplo de cómo las grandes compañías deben evolucionar para no quedarse atrás. La visión de Portobello y Tensile para Plenoil, apuntando a un crecimiento significativo, demuestra que el futuro del sector de las gasolineras pasa por una diversificación y una competencia que, en última instancia, beneficiará al consumidor.
En este escenario de cambio constante, cabe preguntarse: ¿estamos presenciando el principio del fin de la era de las grandes petroleras tal y como la conocíamos, o simplemente asistimos a una transformación del mercado que se adapta a las nuevas realidades económicas y sociales? Lo que sí parece claro es que la innovación y la adaptabilidad serán cruciales para aquellos que quieran mantenerse a flote en las aguas turbulentas del mercado energético.