El fútbol tiene esa magia que convierte un partido en una fiesta nacional, y, caramba, que España está en la final de la Eurocopa. Todos ya estamos preguntándonos si se vivirá esa magia de las reuniones masivas frente a una gran pantalla al aire libre.
La selección española de fútbol ha logrado un puesto en la final de la Eurocopa tras un emocionante partido contra Franci. Ahora, con la mirada puesta en el máximo galardón, los aficionados y entusiastas del deporte están ansiosos por saber si tendrán la oportunidad de vivir la final de un modo súper especial: en pantallas gigantes por todo el país, algo que ya hicieron en la semifinal. Este gran acontecimiento está programado para el domingo 14 de julio a las 21 horas y van a estar todos muy pendientes.
El sentir común es que el ver un partido acompañado tiene otro sabor. Por ejemplo, en Andalucía, se vivió a lo grande la semifinal con varias pantallas gigantes en diferentes ciudades para que los seguidores pudieran compartir la intensidad del partido contra Francia. Y aunque es un rumor, da la impresión de que algo parecido podría pasar para la final.
En Sevilla, la Plaza de España fue un lugar de reunión para muchos en la semifinal. Tenían una pantalla gigante y todo mundo estaba ahí, apoyando. En Cádiz, pues la gente se fue al Bahía Sound en San Fernando. Esas buenas experiencias hacen que ahora muchos se mueran de la duda sobre si habrá nuevas reuniones para la gran final.
No todo fue en plazas y espacios grandes; algunos se juntaron en cafés y restaurantes, donde los negocios pusieron sus propias pantallas para sus clientes. Es algo que capaz se repite para quienes prefieren algo más íntimo o simplemente no les va eso de estar en medio de una muchedumbre.
Granada tampoco se quedó atrás, con su partido en el Serrallo Plaza. Y Las Gabias, Jun, Vegas del Genil y Armilla se apuntaron a la moda para que ni un alma se perdiera el partido en pantalla grande. Es muy probable que para la final esto vuelva a pasar en estos y otros muchos lugares, así que seguirán siendo puntos de encuentro para disfrutar del evento europeo futbolístico.
La emoción está a tope y todos quieren saber cómo y dónde seguirán el partido más importante del torneo. Pero lo que no se puede dudar es que, estén donde estén, los aficionados llevarán el espíritu español con ellos.
Y es que conseguir llegar otra vez a lo más alto del fútbol europeo es algo que llama la atención. No hace falta ni ser aficionado al fútbol para sentir algo especial por estos eventos. Demuestra esa capacidad de unir a la gente a través del deporte que es tan propia de España y que es una parte así como muy nuestra.
Además, si ponen estas pantallas gigantes como esperamos, sobra decir que va a ser tremenda la alegría. Es la oportunidad de celebrar todos juntos. De tener esos nervios colectivos, esa alegría compartida y, a veces, hasta ese bajón cuando las cosas no salen como uno quiere. No solo se pasa un buen rato, sino que se ayuda a los comercios locales que están cerca de donde se hacen estas transmisiones.
En fin, que al final, más que un partido de fútbol, resulta ser un punto de encuentro, una celebración de lo que nos une. Y bueno, sin olvidar que sea cual sea el resultado, lo importante es mantener el buen rollo y la deportividad entre todos.
Sería interesante saber qué piensas tú: ¿te gusta la idea deны
"El fútbol es la última representación sagrada de nuestro tiempo", una cita que Pier Paolo Pasolini supo articular con maestría y que hoy resuena con fuerza en el corazón de cada aficionado español. La final de la Eurocopa no es solo un partido, es el acto culminante de una pasión que une a toda una nación, y la posibilidad de vivirlo en pantallas gigantes en diversas ciudades de Andalucía es un reflejo de esa devoción colectiva. En un mundo cada vez más individualista, el fútbol conserva su poder de convocatoria, su capacidad de transformar plazas y centros comerciales en templos efímeros donde se congrega la fe en un equipo, en una bandera. Aunque no se ha confirmado aún la emisión de la final en estos altares improvisados, la esperanza y el deseo de compartir la emoción del último desafío europeo vibran en el aire. Sea cual sea el resultado, la experiencia de la comunidad, de vivir y sentir juntos cada jugada, cada gol, cada segundo, ya es una victoria en sí misma.