Pareciera que siempre estamos buscando solo alegría en nuestra vida, pero resulta que la tristeza y las lágrimas también tienen su ciencia y su importancia. ¿Alguna vez te has preguntado por qué lloramos y qué sucede en nuestro cuerpo cuando lo hacemos?
El Dr. Eduardo Calixto, quien muchos conocen por dedicarse al estudio de las emociones, tuvo una plática sobre el tema con Marco Antonio Regil que dejó mucha tela de cortar. A través de su mirada científica, nos acerca a las razones y beneficios de respuestas como el llanto.
El Tiempo que Podemos Pasar Llorando y Cómo Nos Impacta Energéticamente
No te vas a creer lo que dijo el Dr. Calixto en una entrevista sobre las lágrimas. Según él, hay un límite de unos 12 minutos para llorar sin pausa, porque parece ser que nada gasta más batería en nuestro cuerpo que un buenllanto. O sea, se ve que hay un límite en cómo podemos expresar lo que sentimos a través de las lágrimas.
Y aunque cueste creerlo, a pesar de estar asociado generalmente con el dolor, cuando lloramos se nos viene una sensación de alivio. El secreto detrás de esto son las endorfinas que, parecen ser, nos dan una especie de premio que nos hace sentir mejor. Por eso es que mucha gente pone música triste y melancólica después de algo fuerte emocionalmente, como un corazón roto.
El Llanto y Qué Pasa en nuestro Cerebro
Otro dato curioso surgió chateando con Mar Amate en el programa "Buenos días Javi y Mar". Normalmente, nuestro cerebro trabaja con un flujo de sangre que podría llegar a aumentar hasta 25% más cuando damos rienda suelta a las lágrimas. Esto mejora cómo le llega oxígeno al cerebro, y después de todo ese batallón de emociones con llanto incluido, es común sentirse cansado, como si nuestro cuerpo dijera "ya basta".
Todos estos datos van sumándose y nos permiten entender un poco más eso que sentimos día a día. También nos enseñan a escucharnos y a saber hasta dónde podemos llegar sin pasarnos de la raya. A medida que la ciencia se mete de lleno en los entresijos de nuestra mente, se topan con cosas que nos pueden ayudar a manejar mejor lo que sentimos.
Aprender sobre las emociones y su importancia va más allá de lo que pensábamos. Sí, la tristeza y las lágrimas pueden ser más beneficiosas y normales de lo que imaginamos. Las emociones están ahí por algo, cada una con su lugar en el abanico de experiencias que pasamos como seres humanos.
La ciencia sirve para desmitificar y para que entendamos mejor eso que sentimos. Al fin y al cabo, esto de darles su lugar a nuestras emociones es importante y no hay que tenerles miedo. Gracias a quienes nos entregan su sabiduría y a aquellos que se encargan de compartirla, todo para que podamos ser más sabios respecto a cómo nos sentimos.
Luego de saber esto sobre el llanto y sus beneficios para la salud, ¿qué te parece? ¿Piensas que entender estas cosas puede ayudar a ver tus emociones de otra forma?
"La felicità non è qualcosa di già pronto. Viene dalle tue azioni", così disse il Dalai Lama, e questa massima sembra toccare il cuore del dibattito sulle emozioni umane. La felicità, quella condizione tanto agognata, e la tristezza, il suo oscuro contraltare, sono le due facce della stessa moneta, quella della condizione umana. Eduardo Calixto, nel suo dialogo con Marco Antonio Regil, ci ricorda che anche il pianto, spesso associato alla dolorosa amarezza, ha un suo perché biologico e una sua necessità. Non è un segno di debolezza, ma un meccanismo di difesa, un rilascio di tensione che, paradossalmente, ci regala un senso di sollievo grazie alle endorfine, messaggeri del piacere. È sorprendente pensare che il nostro corpo abbia un limite di 12 minuti per il pianto continuato, un chiaro segnale che anche nella sofferenza, la natura ci impone una pausa, un attimo di respiro. Questo dato, condiviso anche da Mar Amate nel programma "Buenos días Javi y Mar", ci apre gli occhi sulla complessità del nostro essere: siamo creature in cerca di felicità, ma dotate di un sofisticato sistema emotivo che ci permette di attraversare e superare la tristezza. E forse, proprio in quel limite di 12 minuti, c'è una lezione: ogni emozione ha il suo tempo, ma nessuna è eterna, e dopo la tempesta, la calma è più vicina di quanto pensiamo.