¿Sabías que este verano los incendios forestales en España han disminuido notablemente? Ahora, las hectáreas afectadas son mucho menos. Sigue leyendo y descubre cómo se mantienen alertas las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) para proteger nuestras zonas más valiosas.
Este año, la temporada de calor ha traído una buena noticia con respecto a los incendios en España. Parece que hubo alrededor de un 51% menos de terreno quemado en comparación con el promedio de los últimos diez años, ya que solo unas 17.000 hectáreas se vieron consumidas por las llamas durante el verano. Esto representa un alivio tanto para los ecosistemas como para aquellos que se dedican a gestionar y extinguir incendios.
Las BRIF no se toman un descanso pese al descenso de áreas quemadas. Estos equipos altamente especializados siguen listos para actuar en cualquier momento, destinados en puntos críticos que tienen un alto valor forestal o un gran riesgo de incendios.
Los profesionales detrás de la lucha contra el fuego
Las BRIF tienen unos equipos bien preparados. Hay brigadas llamadas BRIF-A con alrededor de 60 personas y dos helicópteros, y luego está la BRIF-B, más pequeña y situada en el Puerto del Pico, Ávila, que cuenta con cerca de 30 personas y un helicóptero. Cada una tiene tres técnicos ingenieros forestales o de montes, seis capataces y un jefe coordinador. Están organizados en grupos para poder responder rápido a cualquier emergencia. Lo bueno es que pueden desplazarse en helicóptero y eso les da mucha rapidez.
Estos bomberos de refuerzo son clave cuando hay incendios de más de 500 hectáreas o si surgen varios incendios intensos al mismo tiempo. Ellos apoyan a los equipos de emergencia locales para que los incendios se puedan controlar mejor y más rápido.
La importancia de una respuesta rápida en verano
La Comunidad de Madrid, por ejemplo, ha tenido que lidiar con dos grandes incendios este verano, ambos superando las 500 hectáreas. La actuación de las BRIF fue vital para controlarlos. También en Castilla y León hubo incidentes graves en Ávila y Salamanca, donde se tuvieron que usar muchos recursos, incluyendo aviones anfibios y brigadas aéreas.
Durante el período del 24 de junio al 11 de agosto, se quemaron 16.687 hectáreas, mucho menos que la media de 34.358 de los últimos diez años. Ha habido ocho grandes incendios, que son dos menos de lo habitual. En cuanto a las regiones, el noroeste de España fue el más afectado, seguido por el área mediterránea y las comunidades interiores. Las Islas Canarias tuvieron mucha menos actividad.
Estos datos demuestran que hay un esfuerzo conjunto para luchar contra los incendios forestales y que parece estar funcionando. Valoramos mucho el esfuerzo de todos los que trabajan en esto, ya que ponen su vida en riesgo para ofrecernos una respuesta efectiva ante estas catástrofes.
Como sociedad, debemos seguir fomentando la prevención de incendios y el buen manejo de nuestros recursos naturales. Además, cada uno de nosotros puede hacer su parte para cuidar el medio ambiente con acciones sencillas en el día a día. ¿Qué piensas tú sobre cómo estamos manejando los incendios forestales? ¿Crees que se
"El fuego es un buen sirviente, pero un mal amo", reza un antiguo proverbio que bien podría aplicarse al contexto de los incendios forestales en España. Este verano, las llamas han dado un respiro comparado con años anteriores, y aunque las cifras son alentadoras con un descenso del 51% en la superficie calcinada, la lucha contra este fenómeno es una carrera de resistencia y no de velocidad. Las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) permanecen vigilantes, como centinelas de un patrimonio natural que cada año se ve amenazado por la furia del fuego. La disminución en la cantidad de grandes incendios es un alivio, pero no una victoria definitiva. Madrid y Castilla y León nos recuerdan que el peligro sigue latente y que la prevención y la preparación son las únicas armas con las que contamos para proteger nuestros montes. La distribución geográfica de los incendios subraya la importancia de adaptar nuestras estrategias a las particularidades de cada región. En este juego de estrategia contra el fuego, cada movimiento cuenta y cada hectárea salvada es un triunfo para el medio ambiente. La naturaleza ha concedido una tregua, pero la batalla por preservarla continúa día a día.