La comunidad del periodismo y la comunicación en España está de duelo por la reciente partida de Santiago Rey Fernández-Latorre, un verdadero referente en la industria con una carrera que ha dejado huella. Santiago Rey, presidente de La Voz de Galicia, ha fallecido a una edad de 85 años. Este empresario de renombre ha dejado un gran vacío después de más de sesenta años dedicando su vida a los medios de comunicación. Para rendirle homenaje, su velorio se llevará a cabo en un lugar que refleja su legado: el museo Santiago Rey Fernández-Latorre en el polígono de Sabón (Arteixo), abierto a todos aquellos que deseen dar su último adiós.
El nombre de Santiago Rey está profundamente vinculado con la historia de La Voz de Galicia. Nacido en A Coruña el 31 de agosto de 1938, incursionó en el mundo empresarial en 1961 y dos años después, en 1963, empezó a gerenciar el periódico bajo la presidencia de su padre, Emilio Rey Romero. Descendiente del fundador del diario y hijo de María Victoria Fernández-Latorre, dedicó toda su vida a mantener el legado de su familia en el grupo, marcando de manera permanente su sello en el periodismo de Galicia y de toda España.
La gestión de Santiago Rey en La Voz de Galicia fue un fiel reflejo de su compromiso con los valores de integridad y calidad en el periodismo. Su habilidad para llevar al diario a una nueva era de modernización y expansión lo consolidó como un punto de referencia en el escenario mediático del país. Bajo su dirección, el periódico no solo mejoró técnicamente sino que también fortaleció su papel en la sociedad y la cultura gallegas. Muestra de ello es el museo que lleva su nombre, un espacio dedicado a preservar y compartir la rica historia y tradiciones de Galicia.
La comunidad ha sentido un golpe con la noticia de su fallecimiento, no solo porque marca el final de un capítulo para La Voz de Galicia, sino también porque lleva a una reflexión más profunda sobre el papel de la prensa en la sociedad y la democracia. Al abrir la capilla ardiente al público, se refleja el respeto y afecto que la gente sentía por un hombre que fue líder y guía para incontables periodistas.
Aunque Santiago Rey Fernández-Latorre ya no está entre nosotros, su influencia seguirá viva y continuará motivando a nuevos comunicadores y empresarios a seguir su sendero de esfuerzo y excelencia. El mundo periodístico, así como la ciudadanía en Galicia y España, rendirá tributo a su memoria.
La pérdida de Santiago Rey Fernández-Latorre ha resonado fuertemente en el periodismo y los negocios, así como en el alma de la comunidad local. Él demostró lo que se necesita para construir un medio de comunicación con integridad y cómo influyó en las generaciones de profesionales que hoy llevan la antorcha.
Estimado lector, en momentos como este es inevitable preguntarse cómo la extensa carrera de Santiago Rey y su visión han modelado el panorama periodístico español. ¿Qué aprendizajes crees que otros empresarios pueden sacar de su legado? Agradecemos tus reflexiones y puntos de vista.
"La muerte de un hombre es una tragedia, la muerte de millones es una estadística", una frase atribuida a Josef Stalin, que aunque controvertida, refleja la paradoja de la humanidad frente a la pérdida. La desaparición de Santiago Rey Fernández-Latorre no es un número más, es el adiós a un titán de la comunicación, un hombre que con su visión y liderazgo llevó La Voz de Galicia a ser más que un periódico: un referente informativo y parte del alma de Galicia. Su legado va más allá de las páginas impresas; es la voz de una región que se proyecta con fuerza en el mundo. En la memoria colectiva queda su figura, y en el museo que lleva su nombre, la eternidad de su obra.