¿Qué nos espera en las próximas reuniones de los grandes bancos? Economistas y analistas tienen su mirada puesta en Europa y Estados Unidos
Las miradas del mundo financiero están puestas en la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE). Parece que, por el momento, la cifra clave del 4,25% en lo que respecta a la tasa de refinanciación se mantendrá igual, y nadie espera grandes sobresaltos que afecten al valor del euro. Ahora todos se preguntan qué sucederá en septiembre, cuando podría haber cambios más interesantes. Christine Lagarde, quien está a la cabeza del BCE, tal vez suelte alguna pista de lo que podría venir. Pero claro, naduro es tener certezas.
Los que saben del tema también dicen que es posible que la tasa de depósito caiga en un 3,75% y que la facilidad de préstamo se vaya hasta el 4,50%. Personas como Dave Chappel de Columbia Threadneedle Investments opinan que Lagarde va a ser bastante vaga con respecto a lo que hará en el futuro. Geoff Yu de BNY Mellon y Guillermo Uriol de Ibercaja Gestión coinciden en que todavía es demasiado pronto para saber de verdad qué resultado tuvo el último cambio en las tasas. Así que no se esperan grandes novedades en la próxima reunión.
¿Qué podemos esperar de la política monetaria del BCE?
El consenso sobre lo que va a suceder en septiembre en el BCE no está muy claro. Hay quienes, como en Bank of America, no creen que vaya a haber pistas firmes para esa fecha. Pero otros, como Ebury, piensan que ese mes podría ser clave para una próxima acción importante. Hay rumores de que los ajustes se podrían guardar para la segunda mitad del 2024, especialmente en los meses de septiembre y diciembre.
Los indicadores económicos son la piedra angular en esta historia. Aunque la inflación en Europa bajó un poquito, los precios se mantienen bastante altos. Esto va a ser clave en lo que el BCE decida hacer a continuación. Por otro lado, los datos del índice PMI nos dicen que la economía crece, pero que la manufactura está algo débil.
Inflación y la posición de la Reserva Federal de EE.UU.
La inflación está en el centro del tablero para el BCE. Lagarde misma ha dicho que este es un tema muy incierto y preocupante. Las actas del BCE muestran que hay opiniones encontradas entre sus miembros, complicando aún más las decisiones a tomar.
Por otro lado, en Estados Unidos, las expectativas giran en torno a que la Reserva Federal (Fed) bajará las tasas en septiembre después de dejarlas como estaban en julio. Jerome Powell, presidente de la Fed, dijo que hay progresos en la lucha contra la inflación, lo que podría indicar que vienen buenas noticias en el futuro.
Hay que tener en cuenta que todo lo que estamos hablando son predicciones basadas en análisis de hoy día. Todo puede cambiar según cómo evolucionen las cifras económicas. Es muy importante mantenerse al tanto y buscar siempre la información más nueva y certera sobre estos acontecimientos financieros tan importantes.
La cautela con la que el BCE está manejando las cosas muestra que tratan de encontrar un balance entre impulsar el crecimiento y controlar la inflación. Las posibles señales de la reunión de septiembre van a ser cruciales, sobre todo por la gran cantidad de dudas que existen sobre lo que podría pasar en el futuro. Comparar lo que hace el BCE con las acciones de la Fed también puede darnos alguna pista sobre lo que nos espera en la economía internacional.
Es esencial que, como parte de la economía global, estemos bien informados y sepamos cómo estas decisiones pueden influir no solo en el mundo, sino en nuestros negocios y vida diaria.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees acertada la cautela del BCE en estos tiempos tan complicados?
"La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces", decía Jean-Jacques Rousseau, y parece que esta máxima se aplica a la estrategia del Banco Central Europeo en estos tiempos de turbulencias económicas. La decisión de mantener los tipos de interés estables refleja una cautela que, aunque pueda frustrar a algunos, busca preservar la estabilidad a largo plazo. No se trata de inmovilismo, sino de una pausa reflexiva, necesaria para evaluar el impacto de las medidas tomadas y para no precipitar más movimientos que podrían desestabilizar aún más la delicada economía europea. En septiembre, la presidenta Lagarde podría darnos pistas, pero, como buenos estrategas, saben que el arte de la paciencia es vital en el ajedrez económico que se está jugando. En este juego, cada movimiento cuenta y el BCE, por ahora, prefiere mantener sus piezas a la espera de ver cómo se desarrolla la partida.