Una momia de cocodrilo egipcia nos revela sus secretos
Los últimos avances en ciencia y tecnología 3D están desentrañando los misterios del mundo antiguo y, con ellos, encontramos sorpresas que quizás nunca esperábamos conocer. Un claro ejemplo es el estudio hecho por especialistas de la Universidad de Manchester, quienes han compartido hallazgos únicos de una momia de cocodrilo de 2,2 metros, alojada en el Museo y Galería de Arte de Birmingham. Gracias a la tecnología de escaneo en tres dimensiones, el pasado de este cocodrilo momificado nos llega con datos curiosos sobre su vida y hasta cómo pudo haber llegado a su fin.
El artículo, aparecido en una importante revista, nos muestra cómo estas técnicas de vanguardia pueden preservar y compartir conocimiento histórico vital sin dañar los artefactos. Se cree que la momia tiene entre 2.000 y 3.000 años, una ventana al auge de la momificación de animales en Egipto.
El uso de rayos X y tomografía computarizada ha sido clave para explorar la momia. Un pez, enganchado todavía en su anzuelo, fue encontrado dentro del crótilo del anguilo, insinuando que tal vez eso causó su muerte. Interesante, es que esto nos da una nueva mirada a la pesca de aquellos tiempos y nos permite pensar que a lo mejor momificaron al cocodrilo poco después de cazarlo, tal vez como tributo al dios Sobek.
Los investigadores vieron también que había un montón de gastrolitos o piedras en el estómago del bicho, que son tragadas para ayudar a la digestión y la flotación. La cantidad de estas piedras sugiere que el cocodrilo estaba tratando de digerir su última comida, y eso apoya la ideade que no pasó mucho tiempo entre que comió el pez y que terminó momificado. Estos descubrimientos no solo nos hablan de la momia y cómo vivía el cocodrilo, sino también sobre su dieta y comportamiento habitual.
La doctora Lidija Mcknight de la Universidad de Manchester remarcó lo valiosas que son estas técnicas que no dañan el objeto en estudio, a diferencia de los métodos más viejos que muchas veces dañaban las momias. Ahora, la radiografía 3D nos deja espiar su interior sin arruinarlo.
Y para entender aún más cómo funcionaban las cosas en la antigua civilización egipcia, el equipo recreó en bronce el anzuelo encontrado dentro del cocodrilo, intentando asimilar ese saber con tecnologías pasadas. La técnica usada podría haber sido similar hace miles de años. Esto no solo sirve para entender, sino para conectar a la gente de hoy con la historia de estos objetos interesantes.
Después de todo, este cocodrilo momificado 2005.335 es prueba de hasta donde podemos llegar con la tecnología moderna para aprender de lo que pasó hace mucho tiempo.
Entonces, con todo esto que la ciencia nos está mostrado, sería genial saber... ¿qué piensas tú de usar nuevas tecnologías en la arqueología? ¿Crees que la radiografía 3D y otros inventos van a cambiar cómo aprendemos sobre las culturas de antes?
"El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce", escribió el poeta italiano Eduardo De Filippo, y es que la tecnología nos permite hoy día revivir la historia con una dulzura inigualable. La fascinante reconstrucción en 3D de la vida y muerte de un cocodrilo momificado nos transporta a un Egipto antiguo donde la ciencia y la religión se entrelazaban en prácticas que hoy nos parecen exóticas y misteriosas. En este viaje al pasado, la tecnología se convierte en la máquina del tiempo definitiva, desvelando los secretos de un animal venerado como una divinidad, y a su vez, mostrando el respeto y el temor que los egipcios sentían hacia estas poderosas criaturas. La meticulosa preservación de este cocodrilo, capturado y momificado como ofrenda al dios Sobek, es un testimonio de la profunda conexión entre la naturaleza y la espiritualidad de una civilización que aún tiene mucho que enseñarnos. La Dra. Lidija Mcknight y su equipo han hecho más que descubrir la causa de la muerte de una momia animal; han reafirmado que nuestra fascinación por el pasado es una puerta hacia un entendimiento más profundo de nuestra propia humanidad. Y todo ello, sin dañar un legado que ha sobrevivido milenios, gracias a la magia de la radiografía en 3D y la replicación cuidadosa de artefactos. Es, sin duda, un recordatorio de que la historia, aunque inerte, sigue siendo un espejo en el que mirarnos y aprender.