Imagina estar flotando en el infinito cosmos, envuelto en un silencio etéreo, para luego encontrarte con un giro inesperado: un fallo técnico te retiene en el espacio más tiempo del planeado. Eso es justamente lo que vive la Starliner de Boeing, una misión que, en lugar de los nueve días previstos, ha dejado a sus dos tripulantes en la Estación Espacial Internacional (ISS) por tres semanas y contando.
La nave, en la que viajaban los astronautas, reportó una falla técnica, y ahora se habla de que la solución y su regreso podrían retrasarse meses. Antes de despegar, se encontró una fuga de helio en la Starliner. A pesar de ser el tercer intento de lanzamiento, el equipo tomó la decisión de seguir adelante. Mark Nappi, uno de los jefazos de Boeing, dice que no se arrepiente aunque los problemas técnicos siguieron en el vuelo, hasta tener inconvenientes con los propulsores mientras se acercaban a la ISS.
En busca de soluciones para la Starliner mientras se asegura la seguridad de los astronautas
Desde Boeing, junto con la NASA, se han puesto manos a la obra para averiguar qué pasó con eso de la falla técnica y encontrarle la vuelta mientras todo sigue en el espacio. Aunque la situación está algo nublada, confirmaron que los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore, que tenían que haber vuelto el 14 de junio, no corren peligro. Mientras tanto, siguen probando con una nave hermana de la Starliner por los desiertos de Nuevo México para dar con una solución.
Después de unos días sin novedades, la NASA explica que la Starliner no está "perdida en el espacio", sino bien "amarrada" en la ISS. Junto a Boeing, reafirman que los astronautas se encuentran seguros y que tendrán un regreso sin contratiempos. Los reporteros de los Estados Unidos no pierden de vista ninguna actualización que dan las entidades.
¿Qué pasaría si...? La planificación ante lo inesperado
Uno de los cachivaches que más dolores de cabeza está dando es el módulo de servicio del Starliner, que es pieza central para que la cápsula tire p'alante durante el vuelo. Sin poder usar bien los propulsores, el asunto se pone peliagudo para aguantar una vuelta por la atmósfera. Por eso, la NASA y Boeing han dicho que se van a tomar unos 45 días extra, y si hace falta, hasta 90 días más, para chequear bien todo, comenta Steve Stich, otro de los capos del Programa de Tripulación Comercial de la NASA.
El mismo Steve recuerda que la Starliner puede aguantar misiones mucho más largas, de hasta 210 días, y que, fuera del problemilla actual, lo demás anda como la seda. Lo primero es cuidar a los tripulantes, así que no hay apuro por traerlos a tierra firme. Por su parte, Williams y Wilmore siguen con su aventura espacial, orbitando la tierruca a más de 27 mil kilómetros por hora.
De esta manera, lo vivido por la tripulación de la Starliner CST-100 se convierte en otra anécdota más de lo complejo y emocionante que es esto de la exploración espacial. Tanto la NASA como Boeing se las tienen que ver con un panorama que nadie tenía en el radar, pero están haciendo todo lo que pueden para que Suni Williams y Butch Wilmore vuelvan con los pies en la tierra, sanos y salvos. Al final, estos problemas, aunque sean complicados, nos dejan enseñanzas que valen un montón para las misiones que vendrán y para seguir mejorando esto de viajar por el espacio.
Así que te lanzamos una pregunta al aire: ¿Qué te parece todo este rollo de la exploración espacial en cuanto a los avances científicos y tecnológicos? ¿Y cómo ves eso de jugársela en pro de aprender más sobre el cosmos? Nos interesa saber qué piensas sobre este pedazo de tema que siempre está en la cresta de la ola.
"La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición", afirmaba el gran Adam Smith, y es precisamente la ciencia la que ahora nos mantiene en vilo, esperando una solución para los astronautas atrapados en la órbita terrestre. El desafío técnico que enfrenta la misión Starliner nos recuerda la complejidad de la exploración espacial y la fina línea que separa el éxito del percance. Mientras Boeing y la NASA trabajan contra reloj para devolver a casa a Suni Williams y Butch Wilmore, no podemos dejar de pensar en la ironía de la situación: la tecnología que nos permite alcanzar las estrellas es la misma que, en un giro inesperado, nos deja suspendidos en la inmensidad del cosmos. La seguridad de los astronautas es la máxima prioridad, y aunque nos aseguren que "no hay prisa por hacerles regresar a casa", cada día que pasa es un recordatorio de nuestra vulnerabilidad frente a lo desconocido. La paciencia y la meticulosidad son esenciales, pero no cabe duda de que este imprevisto pondrá a prueba no solo a los involucrados, sino también nuestra confianza en el progreso continuo de la conquista espacial.